viernes, 4 de julio de 2008

Premio de poesía Pablo Neruda: los méritos de Patricio Manns por Lavquen

Por Alejandro Lavquén“EN EL MARCO de la celebración del centenario del natalicio del poeta Pablo Neruda, la República de Chile, a través del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, instaura el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda”.
Este es el encabezado del documento que informa sobre el premio, que además cuenta con el auspicio de BancoEstado y el patrocinio oficial de la Fundación Pablo Neruda.
El jurado está compuesto por Carlos Fuentes, Julio Ortega y Jaime Concha. Me parece muy honorable el jurado, pero he llegado al convencimiento de que en todos los concursos de este tipo debería tomarse en cuenta la opinión del pueblo, realizar algún tipo de sondeo popular, que además integraría a las mayorías y serviría para promover la poesía de manera masiva.
¿Qué mejor? Porque supongo que no será sólo discurso y demagogia lo que el gobierno ha expresado acerca de llevar la cultura a todos los sectores sociales y hacerlos partícipes reales de ella. Pienso que los jurados compuestos por intelectuales y los llamados “críticos” –generalmente, estos últimos, tipos caprichosos, frustrados y rosados), no son del todo confiables.
El academicismo y su tendencia al “arte por el arte” y a la ingeniería estructural del texto y otras expresiones “on line” los hace ser arbitrarios. Un ejemplo de ello es lo que, desde hace más de 12 años, ha venido pasando en los concursos literarios y de arte en Chile, salvo honrosas excepciones, los premios son otorgados a trabajos sin mayor trascendencia ni motivación social. Los premios se han “bobalizado”, como todo el ambiente comunicacional de nuestro país.
Una pregunta: ¿Estará informado este jurado de TODOS los poetas importantes de Chile, por ejemplo?.Y no hablo de Nicanor Parra ni de Gonzalo Rojas ni de Miguel Arteche ni Raúl Zurita.
Pero pasemos a los autores. Dicen los fundamentos del premio: “Con este galardón nuestro país distinguirá anualmente la trayectoria de un autor o autora cuya obra sea considerada un aporte notable al diálogo cultural y artístico de Iberoamérica”.
Pues bien, bajo este contexto, quien, a mi parecer, merece ampliamente este premio es el poeta Patricio Manns. Alguien dirá: “Pero si él es un cantautor”. Sí, él canta sus poemas (Neruda siempre quiso cantar los suyos, pero lamentablemente no tocaba ni el tambor). El cantautor o trovador es un poeta, en sus orígenes la poesía era cantada, se transmitía de manera oral y acompañada de un instrumento (Homero es un ejemplo contundente). También en la América Precolombina, a pesar de que algunos “expertos” crean que la poesía llegó a nuestro continente junto con los conquistadores.
Manns reúne todos los requisitos poéticos y está a la altura de las mayores voces esenciales de Latinoamérica: Pablo de Rokha y César Vallejo. En su obra está claramente definido el “diálogo cultural y artístico de Iberoamérica”. Sus poemas (musicalizados) han recorrido el continente y el mundo. Robert Pring-Mill (en Oxford), Margara Averbach, Pedro Lastra, Juan Armando Epple, Carlos Droguett, Mercedes Soza, Daniel Viglietti y Silvio Rodríguez, entre otros, han valorado el significado y valor de su poesía. Sus textos recorren la geografía, el dolor y la esperanza de nuestros pueblos, su historia y sus lazos afectivos. Sus imágenes alcanzan dimensiones poéticas y verbales notables, resaltando en ellas la chilenidad y la hermandad latinoamericana.
Además, al escribir desde su aldea, Manns es universal. Ojalá el jurado de este premio lea sus poemas. Recientemente ha sido reeditado en España su poemario “Memorial de Bonampak” (Ed. Brosquil), antes había sido publicado en nuestro país por “Editorial Cuarto Propio” en 1995.
De él dice Ping-Mill que: “Quizás, sea éste el máximo fruto poético del ‘Período del Quinto Centenario’, cuyas inquietudes aquí se nos comunican reforzadas por la sutil ‘orquestación’ del texto a base de rítmicas cadencias –y rupturas de cadencias- que nos impactan a maravilla”, incluso lo relaciona con “Memorial de Sololá” (la gran crónica mayance); con “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” de Bartolomé de las Casas”, “El espejo enterrado” y “Canto general”.
Por otro lado, no por nada su poema-canción “Arriba en la cordillera” fue elegido entre las dos mejores canciones del siglo, en Chile, junto a “Gracias a la vida” de Violeta Parra. Y todo en una votación popular, dónde el pueblo demostró que –cuando le dan la oportunidad de enterarse- sí sabe valorar el talento y la buena poesía.

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