jueves, 7 de agosto de 2008

Apoyo a Patricio Manns en Facebook

Una verdadera avalancha de apoyos, y reconocimientos espontáneos a Patricio Manns como escritor se ha producido en Facebook.

Haya varios sitios realizados por difertentes adherentes que se pueden revisar aquí:


1. PATRICIO MANNS, PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 2008

2. PATRICIO MANNS


3. PATRICIO MANNS - PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 2008


4. PATRICIO MANNS, APOYO A PREMIO NACIONAL DE LITERATURA.


5. PATRICIO MANNS


6. "EL AMOR ES UN ORGASMO ENTRE DOS LÁGRIMAS".


miércoles, 6 de agosto de 2008

domingo, 3 de agosto de 2008

sábado, 2 de agosto de 2008

Proclamación de Patricio Manns al Premio Nacional de Literatura.

Poetas y escritores con Patricio Manns: Leo Lobos, José María Memet, Marcelo Lira, Omar Pérez Santiago, Marcelo Arce, Alejandro Lavquén, Angela Montero, Dinko Pavlov, Sergio Badilla, Ana Montrosis e Isabel Gómez.
Parte del atento público de la Biblioteca Nacional
Patricio Manns lee sus poemas

Patricio Manns junto a su mujer Alejandra Lastra

Inti Illimani en el homenaje


Todas las fotos son gentileza de María Eugenia Lagunas

viernes, 25 de julio de 2008

jueves, 24 de julio de 2008

domingo, 20 de julio de 2008

Universidad de Playa Ancha apoya postulación de Patricio Manns al Premio Nacional de Literatura 2008


Patricio Manns estuvo de visita en la Universidad de Playa Ancha, para recibir de manos del rector, Patricio Sanhueza Vivanco, el apoyo oficial de la institución a su postulación al Premio Nacional de Literatura 2008. En una cordial reunión, coordinada por los académicos de la Facultad de Humanidades, Eddie Morales y Andrés Cáceres, Patricio Manns hizo un breve repaso de su amplia trayectoria como artista íntegro, cuya faceta más desarrollada en los últimos años ha sido la literaria. En ese marco se encuentra postulando, con el apoyo de la Upla y de otras organizaciones, a la importante distinción nacional.

El rector Sanhueza, en tanto, destacó la importancia fundamental de Patricio Manns en la historia cultural y artística de Chile durante las últimas décadas, profundizada a partir de sus publicaciones acerca de diversas temáticas y personajes de la “memoria profunda” del país. Patricio Manns escritor La creación literaria del autor de “Arriba en la cordillera” incluye una amplitud de géneros, entre los que destacan la poesía, la novela histórica, la crónica periodística, pasando por el ensayo y la dramaturgia, todo lo cual comprende una treintena de libros.

En poesía destacan sus libros Memorial de Bonanpak, Poemario y Cantología.

En novela, sus obras: De Noche sobre el rastro; Buenas noches los pastores (1972); Actas de Marusia (1974); Actas del Alto Bío Bío (1985); Actas de muerte puta (1988); De repente los lugares desaparecen (1992); El corazón a contraluz (1996); Cavalieur Seúl (1996); Memorial de la noche (1998); El desorden en un cuerno de la niebla (1999); La tumba del zambullidor (2001); La vida privada de Emile Dubois (2004) y Diversos instantes del reino (2006). Edición: Universia / RR

jueves, 10 de julio de 2008

Patricio Manns suma apoyo

Clickea la imagen

Patricio Manns suma apoyo (Diario El Mercurio de Valparaíso)


Escritores y académicos se unieron para presentar candidatura del autor de "El corazón a contraluz" al galardón.
M.M.
La carrera por el Premio Nacional de Literatura 2008 ya comenzó y la candidatura de Patricio Manns está siendo promovida por académicos de la Universidad de Playa Ancha, como Sergio Vuskovic y Eddie Morales Piña, junto a los escritores José María Memet, Sergio Badilla Castillo y Omar Pérez Santiago, entre otros.
Parte de ese grupo, al que se unió también el músico Jorge Coulon, realizó ayer en Valparaíso un acto de apoyo a la postulación del autor de "El desorden en un cuerno de la niebla", la cual presentarán la próxima semana al Ministerio de Educación. Al mismo tiempo, se le está postulando al Premio Nacional de Música.
"Tenemos una lista de 600 personas que se han sumado a esta campaña. No sólo escritores, sino también fans, lo cual la transforma en la candidatura más popular y que viene a vivificar el ambiente literario nacional", cuenta Omar Pérez Santiago, mientras que Badilla Castillo agrega que "Patricio Manns ha sabido tamizar a través de los últimos 40 años, a través de la literatura y la música, lo que es el sentimiento de varias generaciones de la cultura chilena, con un alto nivel creativo".
Por su parte, Sergio Vuskovic afirma que "conozco bastante de literatura chilena y latinoamericana, y considero que en Chile se ha cometido una injusticia con Manns, porque acá no se ha valorado 'El corazón a contraluz', que es, a mi juicio, la novela más viva que se ha publicado en nuestro país".
¿Y qué dice Patricio Manns al respecto? "En años anteriores, la Universidad de Playa Ancha me ha propuesto, tanto para el premio de literatura como para el de música, pero esta vez son los escritores quienes se han unido para formar un comité, lo que me sorprende mucho, porque en este país la envidia es algo espantoso, así que estoy muy agradecido. Vamos a ver cómo nos va. Yo no creo que los premios mejoren la literatura de uno, como ningún crítico la puede destruir totalmente. El gran Carlos Droguett decía que los premios se los daban a los escritores como jubilación, cuando debían ser para gente en actividad. Y si algo puedo decir a mi favor, es que estoy en actividad".

lunes, 7 de julio de 2008

Pragmática de la Violencia en la narrativa de Patricio Manns, Dra. Estela Saint André, Universidad Nacional de San Juan

Pragmática de la Violencia en la narrativa de Patricio Manns[1]
Dra. Estela Saint André
Paralelamente a su labor de cantautor, ensayista y dramaturgo, el trabajo como escritor prestigioso de Patricio Manns se consolida después de la recuperación de la democracia en Chile y su obra narrativa muestra una consistente evolución literaria y es revalorada a partir de sus recientes novelas [1], entre las que destaca la obra que ahora presentamos. En el año 1996, Patricio Manns nos sorprende con una hermosa y excelente producción: El corazón a contraluz[2]

La historia:
Así como en las Actas[3], las novelas de Patricio Manns juegan desconcertando al lector que dubita ante la historicidad de los sucesos o la incripción en lo fantástico de lo narrado. Conociéndolo, Manns es un celoso investigador de sucesos históricos siempre conectados con la suridad hispanoamericana, sin perder de vista los enlaces con el resto del mundo ni con el contexto temporal desde el que escribe. Pero también es un magnífico fabulador, con una potente alquimia capaz de trastornar tanto lo real como lo fabuloso en un continuo indistinguible. Algo late en sus novelas del aliento carpenteriano que funde lo real y lo maravilloso, aunque la fuerza (tanto ideológica como erótica) mannsiana gana en pasión al cubano, su tesis nunca se entrega explícitamente y opone al desborde neobarroco una capacidad poética de síntesis y de concisión lacónica por momentos casi rulfiana. Él mismo reconoce que estos juegos de fusión de lo imaginado y lo investigado son borgianos.
La fábula, organizando cronológicamente el eje de la temporalidad, se inicia con la narración de los mitos de los indios selk’nan, incluida en el centro de la obra hasta llegar a la contemporaneidad de la historia, con la muerte de Julio Popper en 1893. Este modo de tratar al tiempo, desde la época de los inicios míticos hasta el tiempo histórico relevado es un juego que remite a la conquista hispanoamericana. La obligación de que el lector repare la temporalidad y advierta que Europa ni su cultura existen cuando sociedades sólidas, sabias y más justas se consolidan del otro lado del océano, confirma el instructivo pragmático[4] de que antes de que los blancos se constituyeran como dueños y señores de los países en toda Hispanoamérica, ya existían pueblos con culturas más avanzadas que las forjadas por los pueblos avasalladores que las derrotaron por medio de la fuerza de armas sofisticadas y la falta de una ética que respetara las razas diferentes. Así piensa el protagonista que:
“…rara vez aceptó situar a los Selk'nam siquiera en la periferia de la comunidad humana. Cuando lo hizo, ello fue producto de un cálculo destinado a mejorar su imagen pública ante la cofradía intelectual argentina, […]Para él, fueron salvajes que necesariamente debían desaparecer, en aras del progreso, o ser asimilados y controlados por las Misiones Salesianas y Anglicanas de Tierra del Fuego” (153).
El asunto de esta novela recrea el encuentro en Tierra del Fuego de Julio Popper y Drimys Winteri [5] , ambos personajes verificables. Uno es el invasor, el raptor que la protege aunque ella no lo necesita; la otra, la aborigen saqueada que a pesar de los poderes que posee no lo daña, no se escapa y se enamora. Él, dueño del poder y de la violencia engendrada por la ambición, está menoscabado virilmente; ella, prisionera, es una chamana potente, portentosa, última heredera de la sabiduría de los pueblos esquilmados. La contraposición, sin embargo, no los somete a una relación de disputa sino amorosa, tierna, aunque nunca consumada. Conviven castamente en medio de un espacio dominado por la violencia desatada por la fiebre del oro, de la ambición que lleva a todos los advenedizos a exterminar a los aborígenes del territorio fueguino: los selk’nam, los yámanas y los tehuelches, que libran una obstinada lucha de sobrevivencia frente al agresor a fines del siglo XIX.
El mítico aventurero rumano y judío, argentino por adopción, Julio Popper, geógrafo, políglota, ingeniero, buscador de oro, explorador, racista y asesino de los indígenas a los que denigra, está construido como un hombre menoscabado por su condición de judío, religión heredada y odiada, que oculta avergonzado, así como su condición de impotente sexual. Drimys Winteri, se nos presenta como una bella y joven india ona de pelo blanco, muy alta, fuerte y esbelta, también políglota, ágil y veloz, capaz de usar armas y cazar y dueña de poderes sobrenaturales porque es una sabia chamana, con poderes físicos y psíquicos que suscitan asombro y producen milagros.
La ampliación temática permite al narrador plasmar la historia y los avatares de la vida de Max Popper, el hermano de Julio, o la infancia de éste y su experiencia europea, como también el pasado de Julio y de otros personajes secundarios.
La inusual pareja se separa cuando Julio la ofende vendiéndola al Gobernador que lo reta, lo engaña y lo hace derrotar en un duelo de esgrima con un maestro de armas.
Arrepentido la libera y le pide que lo consuele de su remordimiento. Ella le asegura que de todo lo que existirá en la tierra sólo ella lo ha amado (287). Aunque allí el capítulo penúltimo pone la palabra fin, el capítulo XXIII que la cierra relata la historia de la muerte de Popper en Buenos Aires, unos meses después, cuando Drimys lo visita, le anuncia su muerte que efectivamente sucede días después sobre la piel de guanaco que ella vestía en la tundra y se cuenta además que a pesar de enterrarlo en La Recoleta su cuerpo desaparece y el narrador conjetura que pese a diversas suposiciones está en Tierra del Fuego.
Está claro en la novela que la junción ambición de poder más dinero hace que no haya ninguna integración del hombre con la tierra, el espacio ni el tiempo. Por eso él siempre está yéndose. En cambio Winteri está en comunión con el espacio tiempo y no hay para ella ni clima ni intemperie que la arredre. La chamana que es capaz de juntar dos ríos es capaz hasta de juntar dos estirpes y si él la hubiera dejado hasta hubiera podido sanarlo de su terrible complejo de castración hecho por el padre judío cuando lo circuncidó y agravado cuando la prostituta le mordió el pene al darse cuenta de que era judío.

El discurso o la trama
La figura del narrador, tercera persona y con dominio cognitivo absoluto dota a la novela de agilidad, perspectivismo múltiple, capacidad de trabajo intra e intertextual ya que se barajan textos de diferentes registros como publicaciones de revistas, diario personal del protagonista, discursos históricos, registros orales recogidos por antropólogos especializados y secuencias de absoluta invención poética, o de una sorprendente capacidad descriptiva, así como remite a textos inexistentes como el de la conducta guerrera y sexual de los escitas. Narrador con capacidad de devenir cronista envanecido en contar portentos con los cuales seducir a lectores ávidos de cosas sobrenaturales y a la vez escamotear credulidad a los hechos históricos, sobre todo cuando la política dicta las palabras impresas.
Se mueve convincente con regresiones, simultaneísmos, anticipaciones que enlaza a través de sucesos recurrentes, y con modos diferentes ya que alterna confiado de la narración a la descripción a escenas donde el diálogo irrumpe esclarecedor e inclina la balanza éticamente hacia la voz de la protagonista en desmedro del antihéroe.

La Fata Morgana y la especularidad de la narración
Nada se puede esconder (11) asegura la primera oración de la novela. Una lectura semántico-estilística observa que hay isotopías concurrentes que reiteran la capacidad de ver tanto como la voluntad de ocultar atribuidas las luminosas a Drymis y las disimuladoras y oscurecedoras a Julio.
Hay además una reiteración en la descripción con respecto al encuentro del portento de una Fata Morgana [6] fueguina, es decir un espejismo, una “tromp´de oil”, una trampa de ojos, que leemos como una mìse en abyme, un abismamiento o especularidad, un recurso poético de autorreferencialidad, ya que el protagonista observa en el espacio aquello que sintetiza su propia vida y que a su vez sirve al narrador para plantar consignas ideológicas sobre la valoración de los mundos confrontados: el invadido y el invasor, el original y de la época dorada contra el decadente forastero europeo, el femenino y el masculino, el pacífico y ético frente al violento apropiador sin principios. [7]
En la primera de las referencias a la fata morgana (17), los míticos fuegos sureños (escapes naturales de gas) encierran, inmovilizan, aprisionan y revelan al viajero, visto siempre a contraluz y que oculta celosamente sus experiencias vergonzantes, a pesar de lo cual, es desnudado y la verdad sale a la luz, mal que le pese, en la voz del narrador que comparte sus conocimientos con Drimys:
“Caballero y caballo habían marchado a través de la tundra apartándose por principio de las altas lenguas de fuego aquí y allá surgían de la tierra. Avanzaban atrapados en el centro en el centro de una vasta esfera en movimiento. Tales esferas son, por cierto, ilusiones ópticas en la llana superficie fueguina o, como a él le gustaba precisar, una representación menor de la fata morgana. El movimiento de la cabalgadura desplazó consigo a la esfera a lo ancho de toda la tarde. […]Oscilaba la sombra del caballo y oscilaba la sombra del jinete, difuso caballero a contraluz de las llamas.” (17)
En la siguiente (86), Popper publica la visión que lo sorprende y que Manns transcribe casi textual: aprovecha nuevamente la reiteración de la inmovilidad y se duplica la especularidad de un protagonista que escribe y publica un texto sobre una fata morgana que lo refleja y un narrador que compite con el ensayista escritor personaje completando la visión pero desde otra perspectiva más amplia y enfocando otras visiones que se contraponen a las anteriores de Julio en cuanto a registros que podemos enunciar contraponiéndos: control de la racionalidad / magia; visiones mutantes y multiplicadas / visión única y coherente; grotesco/poético; masculino/femenino; asexuada/ altamente erótica; intelectualización / misterio.
“Desde el Río San Martín hasta el extremo Norte de la Bahía, se extiende, en una distancia de cuatro leguas, una playa arcillosa que tiene un ancho de más de tres millas. Lo curioso de esta playa es que se halla enteramente seca, presentando, por su perfecta nivelación el aspecto de una inmensa plaza asfaltada.
Al atravesarla por primera vez, me sorprendió un grandioso espectáculo. Me hallaba al parecer en el centro de una planicie circular, bañada en su periferia por el inmenso espejo del océano. Adelantaba, siguiendo la línea de cinco grados señalada por la aguja magnética; pero no obstante haber avanzado algunas millas, me parecía estar siempre fijo en el centro de la planicie. Cansado de marchar sin haber adelantado aparentemente, me detuve en espera del transporte que debía seguirme (-como puede verse Popper novela un poco en desmedro de la verdad), cuando de pronto vi aparecer un grupo de seres gigantescos que se aproximaba con mucha rapidez. Terminé al fin por apercibirme de que todo aquello no era más que el efecto de las cabalgaduras reflejadas en la superficie del barro, así como el supuesto océano era simplemente la imagen del firmamento reproducida por la misma refracción.
Era una magnífica ilusión óptica que me fascinaba. Había observado un espectáculo análogo en las inmediaciones de Port Said, en Egipto, pero aquello carecía de los colores brillantes ofrecidos por el cuadro que teníamos a la vista. ” (86)
Cuando el narrador con perspectiva de personaje describe los efectos sobre el espejo de arena de un baile erótico de Drymis, funde la visión plástica, estética con la mítica, porque la Fata Morgana, el Hada Morgana, la hermana del Rey Arturo que recibe del mago Merlín la capacidad para aparecer y desaparecer en cualquier momento, se vincula semántica y pragmáticamente con Drimys Winteri. La tradición falocéntrica europea la convierte en bruja y desmedra sus poderes acusándola de malévola, mientras el guerrero Arturo se eleva con calidad de héroe invencible y bondadoso[8]. Manns invierte la fórmula y es el batallador el vencido, mientras Drymis, la Fata Morgana, multiplica sus gracias, y con su poder sexual, su belleza, y la capacidad de amar puede al varón fingidamente invencible.
A la descripción abismadora de las deficiencias de uno y los portentos de la otra, el fragmento al que nos referimos se cierra con un juego de palabras que reitera los semas de las mise en abyme (ocultamiento, impenetrabilidad, paralización) y revoca la autoproclamación y atribución de racionalidad al varón dominador y europeo: -La araña sobre la máscara de piedra, la máscara sobre la piedra de la araña, la piedra sobre la araña de la máscara. (87-89)
El proyecto narrativo de Patricio Manns inserto en sus novelas, todas, insiste siempre en la reafirmación de la memoria para comprender el presente y que lo imaginado es equivalente a lo no develado. La literatura es una función de la realidad (1999: 276), pone palabras en los silencios y derriba prejuicios Se trata, entonces, de ver a contraluz para descubrir el verdadero ser de las cosas, más allá de las apariencias engañosas, accediendo así a la luz, que equivale en la obra a lo justo. Es lo que le acontece a Popper en la playa Fata Morgana (155) cuando tiene la revelación en un cántico de Drimys de
“un secreto que solamente puede revelarse cada diez milenios por sí mismo, una espléndida conseja de tal magnitud que ninguna biblioteca podría contenerla entera y cuyo conocimiento hubiera bastado para justificar todas sus tropelías cometidas en Tierra del Fuego, acababa de cruzar junto a su cuerpo, y el no la escuchó, no la vio, había bajado los brazos, había reblandecido el acecho…
Dos últimas observaciones. La novela se cierra con una Drymis militante que sigue con sus cantos ancestrales. La prosa mannsiana no es nostálgica, es combativa. Está a la espera de una revolución, quizás pacífica, que devuelva justicia y sabiduría a una sociedad ambiciosa y avara que en el XIX, XX y XXI se muestra sorda y ciega a los derechos humanos y al atropello de minorías. La violencia parece innata en casi todas las culturas desde la antigüedad, sin embargo hay excepciones en nuestro continente hispanoamericano y si bien no es posible reponer los genocidios, sí lo sería revisar el sistema ético que tribus aborígenes como el que presenta el capítulo Cosmogonía de los Olvidados y agonía de los Redescubiertos (105-110). E él escuchamos la voz de los indígenas de Chiapas en la selva Lacandona, la de los ayllu bolivianos que intentan dignificarse y hacerse escuchar, los lamentos de los descendientes mayas y la lucha persistente de los mapuches chilenos, voces reunidas por un autor que sigue alentando la posibilidad del ideal bolivariano de una América latina solidaria y sin fronteras raciales, militares, idiomáticas y económicas.


NOTAS
[1] Esta ponencia fue presentada al TERCER CONGRESO INTERNACIONAL CELEHIS DE LITERATURA (Literatura española, latinoamericana y argentina). Mar del Plata, 7, 8 y 9 de abril de 2008.

[1] Las novelas de Patricio Manns son: (2006). Diversos instantes del reino. Editorial Alfaguara, Santiago (Chile). (2004). La vida privada de Emile Dubois. Editorial Alfaguara, Santiago (Chile). (2001). La tumba del zambullidor. Editorial Sudamericana, Santiago (Chile). Premio del Consejo del Libro y la Lectura, 2001. (1999) El desorden en un cuerno de la niebla. Editorial Emecé, Buenos Aires (Argentina). Primera edición (Chile). 2000. (1998). Memorial de la noche. Editorial Sudamericana, Santiago (Chile). (1992). De repente los lugares desaparecen. Editorial LAR, Santiago (Chile), es la última obra escrita antes de la tiranía pinochetista y junto con su cancionero y las actas prohibida, incinerada o arrojada al mar en Chile por la represión que lo obliga a exiliarse en Francia. (1972). Buenas noches los pastores. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso (Chile). Prefacio de Carlos Droguett. Premios Premio Municipal de novela de la Municipalidad de Santiago, 1973. Reedición (Chile). Editorial Sudamericana, noviembre 2000. (1967). De noche sobre el rastro. Editorial Universitaria, Santiago (Chile). Premios "Alerce" de la Sociedad de Escritores de Chile, 1966.
[2] MANNS, Patricio (1996). El corazón a contraluz. Bs. As. Emecé. Se cita por esta edición.
Primera Edición (Francia): como Cavalieur Seul. Editions Phébus, París (Francia), febrero 1996. Prefacio de Francisco Coloane. Primera Edición (Argentina). Emecé Editores, Buenos Aires (Argentina), octubre 1996. Primera Edición (Santiago, Chile): 5000 ejemplares. 1997. Agotada. Tercera edición (Argentina): 15.000 ejemplares. Emecé Editores, Buenos Aires (Argentina). Agotada.
[3] Las actas son registros narrativos de sucesos históricos chilenos que posteriormente el autor noveliza con otros títulos: (1988). Actas de Muerteputa. Editorial Emisión, Santiago (Chile). Se reescribe como Diversos instantes del reino. (1985). Actas del Alto Bío Bío. Ediciones Michay, Madrid (España). Traducida al ruso por Alejandro Kabanov, Moscú: Ed. "Vokrugsveta", l990; ediciones de 2.800.000 ejemplares. Se prepara una traducción al inglés, en Estados Unidos. Es publicada como novela con el título: Memorial de la noche. (1974).Actas de Marusia. Sirvió de base al film "Actas de Marusia", interpretado por Gian María Volonté, Musica de Mikis Theodorakis, dirigido por Miguel Littin (finalista de "La Palma de Oro", del Festival Cinematográfico de Cannes, en l976, y candidata al "Oscar" del mejor film extranjero, l976). (1993). Primera edición (Chile). Editorial Pluma y Pincel, Santiago (Chile).
[4] Hemos incorporado nociones de: PEIRCE, Charles (1988). El hombre, un signo. Barcelona, Editorial Crítica. Título original: (1965) The Collected Papers of Charles Sanders Peirce. Cambridge, Harvard University Press. PEIRCE, Charles (1974). La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva Visión,. PEIRCE, Charles Sanders (1971). Lecciones sobre el Pragmatismo. Buenos Aires, Editorial Aguilar, PEIRCE, Charles Sanders (l978). Mi alegato en favor del pragmatismo (ensayos de 1839 a 1914). Buenos Aires. Ed. Aguilar. MAGARIÑOS DE MORENTÍN, Juan (1983). El Signo. Las fuentes teóricas de la Semiología. Saussure, Peirce, Morris. Buenos Aires, Hachette.
Ver también.: PARRET, Herman (1993). Semiótica y Pragmática. Buenos Aires, Hachette. PARRET, Herman (1993).. Las pasiones. Puesta en discurso de la subjetividad. Buenos Aires, Hachette. PARRET, Herman (1995). De la Semiótica a la Estética, Argentina, Editorial Edicial S.A.

[5] Drimys Winteri. (que efectivamente existió y se llamó en su lengua Jérawr Asáwer y rebautizaron como Fresia Alessandri Baker, en honor al presidente chileno en la misión saleciana de Tierra del Fuego. Doña Fresia, fue la última indígena ona muerta hace pocos años (tenemos el recorte del diario), a los 95 años. El nombre que le pone Manss, es el científico de la flor del canelo, una magnolia blanca como los cabellos de la protagonista. En los tiempos de Francis Drake, el científico John Winter, presentó al mundo el árbol y la flor. Drimys viene de “picante” por el sabor de la corteza. Se la reconoce como una planta milagrosa ya que combate el escorbuto, cura pulmones, estómago, es una planta que genera paz y los mapuches hasta hoy hacen su principal ceremonia religiosa, Nguillatun, debajo del canelo y con él construyen el kultrún. De allí la importancia que la construcción del personaje adquiere como contrapartida simbólica del guerrero y asesino Poper
[6] Las descripciones de Manns en esta novela me sugieren una semejanza con la pelicula Fata Morgana (1971) del Autor y Director: Werner Herzog. La misma está estructurada en tres partes (creación, paraíso y la era dorada) y rodada en el desierto del Sahara.
[7] Trabajamos con DÄLLENBACH, Lucien (1991). El relato especular, Visor, Colección Literatura y debate crítico - 8, España. En ella define mise en abyme como: Organo por el que la obra se vuelve sobre sí misma, y se manifiesta como modalidad de reflejo. Su propiedad esencial consiste en resaltar la inteligibilidad y la estructura formal de la obra. Trabaja con tres especies de abismamiento que en la novela mannsiana se utilizan. Las distingue como "todo espejo interno en que se refleja el conjunto del relato por reduplicación simple, repetida (reduplicación hasta el infinito) o especiosa (reduplicación apriorística”). (49)
La mise en abyme da lugar a una pluralidad de sentido

[8] Remitimos a ASHE, Geoffrey (1993). El Rey Arturo. Ed. Debate, Madrid que analiza las conveniencias políticas y sociales de contar con un guerrero como el rey Arturo para fortalecer la debilitada talla heroica anglosajona y el proceso que elevó de fantasioso a cuasi histórico este reinado imaginado por el escritor Godofredo de Monmouth. El proceso de la novela de Manns es semejante aunque la heroicidad cambia de raza, de continente y de género.





BIBLIOGRAFÍA


ASHE, Geoffrey (1993). El Rey Arturo. Ed. Debate, Madrid.
DÄLLENBACH, Lucien (1991). El relato especular, Visor, Colección Literatura y debate crítico - 8, España.
MAGARIÑOS DE MORENTÍN, Juan (1983). El Signo. Las fuentes teóricas de la Semiología. Saussure, Peirce, Morris. Buenos Aires, Hachette.
MANSS, Patricio (1985). Actas del Alto Bío Bío. Ediciones Michay, Madrid (España).
MANSS, Patricio (1988). Actas de Muerteputa. Editorial Emisión, Santiago (Chile)
MANSS, Patricio (1967). De noche sobre el rastro. Editorial Universitaria, Santiago
MANSS, Patricio (1972). Buenas noches los pastores. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Valparaíso (Chile)
MANSS, Patricio (1992). De repente los lugares desaparecen. Editorial LAR, Santiago (Chile)
MANSS, Patricio (1998). El corazón a contraluz. Buenos Aires, Emecé.
MANSS, Patricio (1998). Memorial de la noche. Editorial Sudamericana, Santiago (Chile).
MANSS, Patricio (1999). El desorden en un cuerno de niebla. Buenos Aires, EMECE.
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MANSS, Patricio. (1974). (1993). Actas de Marusia. Primera edición (Chile). Editorial Pluma y Pincel, Santiago (Chile).
PARRET, Herman (1993). Las pasiones. Puesta en discurso de la subjetividad. Buenos Aires, Hachette. PARRET, Herman (1995). De la Semiótica a la Estética, Argentina, Editorial Edicial S.A.
PARRET, Herman (1993). Semiótica y Pragmática. Buenos Aires, Hachette.
PEIRCE, Charles (1974). La ciencia de la semiótica. Buenos Aires, Nueva Visión.
PEIRCE, Charles (1988). El hombre, un signo. Barcelona, Editorial Crítica.
PEIRCE, Charles Sanders (1971). Lecciones sobre el Pragmatismo. Buenos Aires, Editorial Aguilar.
PEIRCE, Charles Sanders (l978). Mi alegato en favor del pragmatismo (ensayos de 1839 a 1914). Buenos Aires. Ed. Aguilar.


Abolir la violencia desrealizando la historia, por Prof. Delia Beatriz González, U. N. de San Juan, Argentina

Abolir la violencia desrealizando la historia en El corazón a contraluz, de Patricio Manns[1]
Magister Delia Beatriz GONZÁLEZ
Prof. Adjunta e Investigadora de la Fac. de Filosofía, Humanidades y Artes de la U. N. de San Juan, Argentina

El corazón a contraluz se construye básicamente con estrategias discursivas que entretejen narraciones provenientes de fuentes heterogéneas para des-realizar la historia
por un lado. Por otro, para abolir, mediante esa estrategia, la violencia que se encarna en las posturas dualistas. Es por ello que asumimos en el presente análisis un encuadre situado en una concepción triádica de la realidad discursiva, marco que pone en consideración, con absoluto respeto, las terceras posiciones. La importancia de tomarlas en cuenta entraña una gran tarea pues presupone la asunción de una conciencia en la cual el mundo todo es un signo nuevo y en permanente construcción. Y he aquí la relevancia de adoptar dicha concepción, puesto que ello supera las abstracciones o exclusiones que dejaban fuera de las Ciencias del lenguaje a todos los hablantes. Paradoja a la cual estuvimos todos sometidos sin cuestionamientos: una lengua abstracta, de diccionario por un lado. Por otro, hablas individuales, indignas de análisis precisamente por su particularidad. ¿Para qué ocuparse de los sujetos individuales e históricos? ¿Qué rangos tienen que los instauren como lenguajes valiosos en la construcción del devenir de la historia hispanoamericana, en este caso particular? Precisamente que sin esos sujetos hablantes que hacen vivir al lenguaje en su multiplicidad y heterogeneidad, no habría lenguaje alguno.
La teoría del signo de Peirce se basa en tres soportes de la función signo que se hallan indisolublemente unidos, puesto que cada uno de ellos presupone a los otros dos. Lenguaje, realidad y sujeto comunitario intérprete no pueden ser disociados a riesgo de incurrir en la arbitrariedad de pensar que hay otra explicación para el pensamiento y para lo real que no sea lenguaje, o para el lenguaje mismo.
Ahora bien, la consideración de una postura triádica nos permite reflexionar sobre las diversas realidades discursivas de los sujetos hablantes partiendo de la definición de signo de Peirce: un signo siempre es algo para alguien en algún sentido, por alguna razón[2]. Si una realidad discursiva es algo para alguien, en algún sentido, por alguna razón, es importante considerar cuáles son las motivaciones que llevan a ese sujeto a concebirla y construirla tal como la concibe y construye. Y he aquí precisamente la importancia de que el presente análisis se base en esta concepción. Una postura dualista se preguntaría:-¿para qué ocuparse de los sujetos individuales e históricos?, ¿qué rangos tienen que los instauren como lenguajes valiosos? Precisamente que sin esos sujetos hablantes que hacen vivir al lenguaje en su multiplicidad y heterogeneidad, no habría lenguaje alguno.
Por ello analizamos en la novela El corazón a contraluz un fragmento que aparenta incluirse en el tipo discursivo expositivo para confrontar sus modos de construcción e intenciones pragmáticas con otro, de Julio Popper, tomado de la Revista Personas Fueguinas. Lo hacemos para descubrir en ellos cómo la historia, el discurso que se llama histórico, frente al discurso literario, siendo semánticamente semejantes, asumen y construyen una misma realidad extensional mirándola y hablándola de modo levemente diferente, con estrategias discursivas que tienen implícitos dos pedidos pragmáticos opuestos. El de Julio Popper, negar la posibilidad de que la realidad extensional pueda cargarse de la magia, de lo sobrenatural. El otro, el de Manns, parte precisamente desde lo intensional, asumiendo la magia como un real más, tan genuino y creíble como el de Popper, y lo hace porque este discurso le permite la curación de la violencia mediante la construcción de una realidad benevolente. De este modo se produce lo que denominamos desrealización de la historia. Sostenemos que esta desrealización es utilizada por Manns para abolir la violencia. Porque de este modo es posible concebir otros reales, reales en donde quepan miradas que se asombran tanto de lo conocido como de lo desconocido, y que creen en ello y en su modo de manifestación, cada vez de modo asombroso. Y es que mirar la realidad con ojos siempre nuevos, capaces de incorporar lo desconocido o impensado, posibilita descubrirle otras vetas, dimensiones en las que es posible además incorporar al otro, con sus limitaciones y con sus posibilidades, espacios en los que tiene cabida el perdón y la comprensión de los porqués ajenos.
A continuación transcribimos el discurso de Julio Popper:
“Desde el Río San Martín hasta el extremo Norte de la Bahía, se extiende, en una distancia de cuatro leguas, una playa arcillosa que tiene un ancho de más de tres millas. Lo curioso de esta playa consiste en que se halla enteramente seca, presentando por su perfecta nivelación el aspecto de una inmensa plaza asfáltica.
Al atravesarla por primera vez, me sorprendió un grandioso espectáculo. Me hallaba al parecer en el centro de una planicie circular, bañada en su periferia por el inmenso espejo del Océano.
Adelantaba, siguiendo la línea de 5° señalada por la aguja magnética; pero no obstante haber avanzado algunas millas me parecía estar siempre fijo en el centro de la planicie. Cansado de marchar sin haber adelantado aparentemente, me detuve en espera del transporte que debía seguirme en la misma dirección, cuando de pronto vi aparecer un grupo de seres gigantescos que se aproximaban con bastante celeridad. Quedé sonriendo cuando me apercibí de que todo aquello no era más que el efecto de las cabalgaduras reflejadas en la superficie del barro, así como el supuesto océano era simplemente la imagen del firmamento reproducida por la misma refracción.
Era una magnífica ilusión óptica que nos fascinaba. Había observado un espectáculo análogo en las inmediaciones de Port Said, en Egipto, pero aquello carecía de los colores brillantes ofrecidos por el cuadro que teníamos a la vista. Un guanaco corriendo en la llanura, semejaba dos grandes palmeras arrastradas por el viento.
Un grupo de perros de indios asumían al correr, la forma de inmensas ranas que aprecian lanzarse en las aguas de aquel océano ficticio. Al volver la vista, para observar las cabalgaduras, se presentó a mis ojos algo así como un bosque de robles majestuosos, doblegados por el viento en un ángulo de 45°.
Este fenómeno se puede observar diariamente en la playa de la bahía...El estudio geológico de la Isla demuestra que nos hallamos en una tierra que se solventa rápidamente. Extensas áreas, hoy cubiertas de pasto, han formado hace poco relativamente, el fondo de amplias bahías y anchos canales, cubiertos de las olas saladas del Océano.
Las barrancas que empiezan a unas 6 millas al Norte de Cabo Sunday y se internan a gran distancia, las que bordean el Valle Cullen, a 5 millas al mar, y las del Sud de la Bahía de San Sebastián, hoy separadas por una planicie ancho de un kilómetro, son pruebas evidentes de esa subterránea conmoción.
Pero lo que me ha persuadido de la rapidez con que se opera este fenómeno de fuerzas geocéntricas, es el resultado de las medidas trigonométricas que tomé entre el Cabo Sunday y el Cabo Peñas. Según esa verificación, la línea de la costa se halla actualmente a tres kilómetros más afuera de lo que Fitzroy reconoció hace cincuenta años. ”[3]

El discurso que cita Patricio Manns en la novela, cediéndole la palabra a Popper mediante la construcción de un narrador transcriptor, es el siguiente, en el cual se han subrayado las diferencias:
“Desde el río San Martín hasta el extremo norte de la bahía se extiende, en una distancia de cuatro leguas, una playa arcillosa que tiene un ancho de más de tres millas. Lo curioso de esta playa es que se halla enteramente seca, presentando, por su perfecta nivelación, el aspecto de una inmensa playa asfaltada.(punto aparte en Popper) Al atravesarla por primera vez, me sorprendió un grandioso espectáculo. Me hallaba, al parecer, en el centro de una planicie circular, bañada en su periferia por el inmenso espejo del océano. (punto aparte en Popper). Adelantaba siguiendo la línea de cinco grados señalada por la aguja magnética, pero no obstante haber avanzado algunas millas, me parecía siempre estar fijo en el centro de la planicie. Cansado de marchar sin haberme movido aparentemente, me detuve en espera del transporte que debía seguirme (-como puede verse, Popper novela un poco en desmedro de la verdad-), cuando de pronto vi aparecer un grupo de seres gigantescos que se aproximaba con mucha rapidez. Terminé al fin por apercibirme que todo aquello no era más que el efecto de las cabalgaduras reflejadas en la superficie del barro, así como el supuesto océano era simplemente la imagen del firmamento reproducida por la misma refracción (punto aparte en Popper.) Era una magnífica ilusión óptica que me fascinaba. Había observado un espectáculo análogo en las inmediaciones de Port Said, en Egipto, pero aquello carecía de los colores brillantes ofrecidos por el cuadro que tenía a la vista.(punto aparte en Popper). Un guanaco corriendo en la llanura semejaba dos grandes palmeras arrastradas por el viento(punto aparte en Popper). Un grupo de perros indios asumía al correr la forma de inmensas ranas, que parecían lanzarse en las aguas de aquel océano apócrifo. Al volver la vista para observar las cabalgaduras, se presentó a mis ojos algo así como un bosque de robles(majestuosos) avanzando doblegado por el viento en un ángulo de cuarenta y cinco grados.(punto aparte en Popper). El barro, calentado por el sol, y la atmósfera, enfriada por el viendo del oeste, producen estas visiones, análogas a la “Fata Morgana” de las costas de Sicilia, y a lo que los franceses llaman “Mirage”.”[4]

Como es posible observar, ambos discursos son muy semejantes, aunque tienen leves diferencias: cambios verbales, de sustantivos, de puntuación, de delimitación de párrafos, de inclusión de preposiciones, de uso de mayúsculas, de personas gramaticales, e, inclusión, por un lado de la voz del narrador que se distancia y se evidencia como transcriptor y hacia el final incluye datos como el de la Fata Morgana y el Mirage, sumando más elementos mágicos a lo que Popper intenta describir como una sencilla ilusión óptica.
En Manns prevalece el uso de la primera persona y de un léxico levemente próximo a lo connotativo, que apenas quiere dejarse notar, porque su uso excesivo lo alejaría de lo que espera sea leído como un informe veraz de Popper. El narrador transcriptor pretende ser la voz de éste, aunque se aleja de él, irónicamente, cuando dice:
“(-como puede verse, Popper novela un poco en desmedro de la verdad-)”[5]
Manns, burlonamente pone al Popper informante en una situación de fabulador, otorgándole virtudes de creador, de artista del discurso, aunque el Popper de carne y hueso afirma que eso que ha visto es sólo una ilusión óptica y da fundamentaciones para corroborarlo: la precisión de la datación geográfica, la utilización del verbo parecer en lugar del ser que sí usa Manns para dar más contundencia a lo descripto como una ilusión, el uso del plural para distanciarse de una primera persona que predomina en todo el discurso del autor chileno. Este alejamiento irónico se justifica como un pedido hacia el lector para que descrea de la palabra de Popper en todas sus dimensiones, incluso en ésta, que luego refuerza Manns en la novela. La distancia con el enunciador pone entre comillas su capacidad para decir la verdad, por lo tanto, a quien sí hay que creerle es al discurso literario, no al pseudo científico histórico que sale de la boca de alguien que, pretendiendo dar un informe topográfico, incluye en él visiones de otro orden, aunque las niegue y las catalogue como ilusiones ópticas. De esta manera rompe con las reglas de construcción del texto expositivo informativo, como con otras tantas reglas vinculadas con valores, que son construidos por Manns en la novela.
Por otra parte, el confrontar el espacio que reverbera, que cobra dimensiones de personaje, con elementos que tienen la capacidad de metamorfosearse y plagarse de seres mitológicos nos habla de un territorio pleno de voces que algo nuevo están expresando. Son precisamente la contundencia de un habla que se niega a ser domesticada por quienes no lo comprenden o niegan su real. No es sólo el paisaje al que se le niegan sus extremas capacidades, sino también a quienes lo habitan:
“-Imbécil-(...),¿qué podías contra un rémington y un caballo? ¿Qué pudo tu arco miserable contra nuestra velocidad y nuestra tecnología? Yo represento en toda la extensión fueguina un alarde tecnológico desconocido al interior de estos cuadrantes, pero tu oscuro cerebro no comprendió nada. Si hubieras querido salvarte, bastaba que te ligaras a mí, no contra mí. Sólo a mi lado resguardabas tu vida y la vida de tu raza, pero perteneces a los últimos componentes de un pueblo resignado a la extinción. Abolida la esclavitud, tu raza no tiene ninguna razón de ser, no puede ya cumplir ninguna misión circunstanciada. En cuanto a la extinción de tu sangre, no hay ninguna otra alternativa: nadie puede abolir la muerte.”[6]

Julio Popper es quien pronuncia este discurso. Desde su arribo a la Patagonia, su mirada y habla son ineptas para experimentar y concebir, en el territorio que no le dará la clase de oro que viene a buscar, sino otro, el que nace del corazón a contraluz de la raza selk´nam. Es incompetente para apreciar en estas tierras y en estos seres, algo más que un hueco del cual ha de sacar provecho, tal como pretende hacer el padre de Susana San Juan, Bartolomé San Juan, en Pedro Páramo[7], obteniendo lo que se merece, sólo esqueletos, es decir, muerte. Tampoco es capaz de imaginar en esa raza noble, que jamás lo traicionará, más que el solo destino de la esclavitud, de la sumisión. Esta mirada estrecha y sujetada ineludiblemente a la historia que conoce de oídas pero que se ha hecho carne no sólo en él, sino en toda la raza de conquistadores y tiranos que desangraron y desangran lo latinoamericano, le hace, precisamente, ser un contraluz de los selk´nam. Contraluz porque es su voz, son sus ojos, sus manos, sus actos, los que lo determinan como un ser que, a diferencia de los selk´nam, sí está marcado a fuego, como un esclavo, de los discursos consagrados autoritariamente como verdades absolutas o metafísicas. Esta marca lo hace depender acríticamente de dichas verdades escritas a fuego en estas historias, sin el más mínimo análisis ni enjuiciamiento de lo que esas supuestas verdades pseudo histórico-científicas esgrimen. El sí que es incapaz para la libertad, para el amor, para la entrega. Muchas son las marcas que confirman este lastimoso modo de ser. En primer lugar, bautiza con el nombre de El Páramo[8] al lugar en donde lleva a cabo sus acciones de dominación. En segundo lugar, como todo invasor, tiñe sus acciones en la negación de la racionalidad ligada y situada, y las huellas para las que es sabio en crear, se ligan exclusivamente con el vacío comunicacional, tanto para con los sujetos hablantes que lo rodean como para con la naturaleza que lo acoge. Por el contrario, los nativos shelk´nan sí poseen capacidades y valores que éste desconoce, y que el otro personaje fundamental de la obra de Manns expresa con contundencia, estableciendo una distancia de valores desconocida para Popper:
“Drimys Winteri manifestó entonces que su raza no conocía el odio, pero sí el honor. Un selk´nam no atacaba jamás al enemigo desarmado o en inferioridad de condiciones. El verdadero deber de un selk´nam era proteger al enemigo desarmado.”[9]

La novela, desde un punto de vista extensional, permite rastrear innumerables datos corroborables. Por ejemplo que:
“Julio Popper llegó al país en 1886, a los 29 años de edad, que había nacido en Bucarest, capital del reino de Rumania, un 15 de diciembre de 1857, que “era rubio. Amplia frente coronaba un rostro agraciado y un cuerpo robusto y atlético. Poseía todos los idiomas de la tierra”, exageraba Lucio V. López: ciertamente el francés, español, inglés, alemán, búlgaro y latín...Y se expresaba con gran riqueza de ideas, imágenes y palabras en lengua y pluma subyugantes.”, [10]

Además, sabemos que se trasladó a París para estudiar ingeniería, que expuso, con vanagloria, en Buenos Aires, parte de toda la experiencia vivida en el sur, teñida de asesinatos, saqueos, violaciones entre otros sanguinarios procederes, que documentó algunas de sus exposiciones con material fotográfico, que, como ya dijimos, confrontó y negó el para él extraño paisaje del sur con una visión casi mágica del mismo[11], argumentando razones para incluir esa visión dentro de lo que él mismo denomina como una ilusión óptica, y, considerando lo sobrenatural como algo imposible de incluir en la lógica racional, que recibió apoyo económico por parte del gobierno para llevar a cabo su empresa, entre otros datos.
Puede verse entonces que el entrecruzamiento entre lo literario y lo histórico nos compromete en una lectura ardua para poder desentrañar sus fronteras. Pero además de ello, esta particular manera de construir la novela, con tipos discursivos que se entrechocan en todo momento, ya que parecen ser históricos y parecen ser literatura al mismo tiempo, coloca no sólo a Popper sino a todos los personajes, como el mismo título lo muestra, a contraluz. Este contraluz nos conduce a los lectores a evitar el paso por esa franja en donde la certeza es considerada la ley única, sin asumir con responsabilidad la corroboración ni la datación, sino más bien llevar a cabo una búsqueda del propio corazón y del corazón ajeno, en su luz, en su oscuridad, en su penumbra y en sus inabordables latidos.
Por todo ello, la obra nos invita fundamentalmente a revisar nuestros modos de leer la realidad discursiva toda. Nos convoca a mirarla saliéndonos de las nefastas clasificaciones y tipologías, que siempre son provisorias. Nos emplaza a mirar los textos como encrucijadas ante las cuales es indispensable tomar distancia, a riesgo de caer en una trampa mortal para el otro, que es un sujeto tan lleno de incógnitas como nosotros mismos. Incógnitas que son paisajes desconocidos pero posibles de conocer, en donde siempre puede encontrarse la maravilla pero también el espanto. Nos invita a pensar en las infinitas posibilidades que poseemos para construir un presente que supere las categorizaciones miopes. Nos hace pensarnos como sujetos con la capacidad para el perdón, además de construirnos dotados de las posibilidades escondidas pero presentes en nuestros paisajes interiores, tan fascinantes como los de:
“(...)una joven desnuda, de cabellera lisa, larga y blanca, que cazaba guanacos en la tundra, escalaba el agua de las cascadas, capturaba a la carrera los ñandúes, imitaba el canto de los pájaros y el lenguaje de los delfines, podía unir con la mirada las dos orillas de un río o la periferia de dos ciudades distantes, cantaba una canción antiquísima en que se hablaba de un blanco e inmenso país cuyo litoral era recorrido por grandes piedras flotantes, combatía por la sobrevivencia de su raza junto al guerrillero mestizo Felipe Barragán Selk´nam, y respondía al dulce nombre de Drimys Winteri.”[12]






















Bibliografía:
BARTHES, Roland, El placer del texto seguido por Lección inaugural, México, Siglo XXI Editores, 1987.
COURTES, Joseph, Introducción a la semiótica narrativa y discursiva, Argentina, Ed. Hachette S.A., 1976.
DAVIDSON, Donald, Mente mundo y acción, Barcelona, Ed. Paidos.
ECO, Umbert, Lector in fabula, Barcelona, Lumen, 1981.
GREIMÁS, Algirdas Julien, Del sentido II, Madrid, Editorial Gredos, 1983.
GREIMÁS, Algirdas Julien, Semiótica de las pasiones, México, Siglo XXI Editores, 1994.
KUTSCHERA, Franz, Filosofía del lenguaje, Madrid, Ed. Gredos, 1979.
LA TELLA, Graciela, Metodología y Teoría Semiótica,análisis de Emma Zunz de J. L. Borges, Buenos Aires, Ed. Hachette S. A., 1985.
MANNS, Patricio, El corazón a contraluz, Buenos Aires, Emecé Editores, 1998.
PARRET, Herman, Semiótica y pragmática, Buenos Aires, Edicial, 1983.
Revista Personas Fueguinas, Año 4, N° 44, julio de 1986, editada en Ushuaia.
REYES, Graciela, Polifonía textual, Madrid, Ed. Gredos, 1984.
RULFO, Juan, Pedro Páramo, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1984.

SAINT ANDRE, Estela y ROLÓN, Adela, (coordinadoras) y equipo de investigación, Contar el cuento Latinoamericano Contemporáneo ; San Juan, EFFHA, 2006.
SAINT ANDRE, Estela y ROLÓN, Adela (coordinadoras) y equipo de investigación, Cuando escriben las mujeres, , San Juan, Editorial de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, junio de 1998.
SAINT ANDRÉ et al, Leer la novela Hispanoamericana del Siglo XX, San Juan, Arg. Ed. FFH y Artes, UNSJ, 1997.
SAINT ANDRÉ y ROLON, Valores en discurso, San Juan, EFFHA, 2001.


Prof. Delia Beatriz González
San Juan, mayo de 2007.


[1] Ponencia leída en el VIII CONGRESO ARGENTINO DE HISPANISTAS. UNIDAD Y MULTIPLICIDAD: TRAMAS DEL HISPANISMO ACTUAL. Letras, Lingüística, Historia, Artes, Comunicación Social.Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina.

[2] PEIRCE, Charles Sanders. (1839-1914) semiótico y pragmático norteamericano, filósofo y lógico. Contribuyó con el desarrollo del cálculo de las relaciones y es el principal creador de la Semiótica. Fundó el Pragmatismo lógico. 1931- Collected Papers.
[3] Revista Personas Fueguinas, Año 4, N° 44, julio de 1986, editada en Ushuaia, Pág. 17.
[4] Manns, Patricio, El corazón a contraluz, Buenos Aires, Emecé Editores, 1998, pág. 86-87
[5] Obra citada, pág. 86-87.
[6] pág. 24
[7] Rulfo, Juan, Pedro Páramo,
[8] Un páramo, como el Pedro Páramo de Comala, en: RULFO, Juan, Pedro Páramo, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1984.
[9] Obra citada. pág. 46.
[10] Revista Personas Fueguinas, Año 4, N° 44, julio de 1986, editada en Ushuaia: ACN, Sucesión Popper N° 7644, Año 1893. NAFTALI POPPER Y PERLA PEPPI se casaron en Bucarest ante el Rabino FRAENKEL en 1851. No había registro civil. Firman el acta, debidamente legalizada, presentada ante el juzgado argentino, el rabino DAVID SENFELD y el cantor NATHAN FUCHS, pág. 30.
[11] Revista citada, pág. 17.
[12] Obra citada pág. 298.

domingo, 6 de julio de 2008

La escritura como palimpsesto, Dr. Juan Armando Epple, Universidad de Oregón, USA.

La escritura como palimpsesto: Actas del Alto Bío-Bío

y el canon indigenista de Chile



La fama de Patricio Manns como figura protagónica del desarrollo de la nueva canción chilena, y su sólida obra como compositor e intérprete, ha­bían relegado a un discreto segundo plano su trabajo de escritor. Pero su obra narrativa, que muestra una consistente evolución literaria, comienza a ser revalorada a partir de sus novelas recientes, con las que el autor se in­corpora al diálogo renovador de la narrativa hispanoamericana de las últi­mas décadas.
La obra de Patricio Manns se ha ido expandiendo en ciclos que indagan por el destino americano, y donde se pueden discernir ya tres etapas vincu­ladas a distintivas motivaciones intelectuales.
El primero es un ciclo de aprendizaje juvenil (De noche sobre el rastro 1967, y Buenas noches los pastores 1972), que insertaba en la topografía física y humana del sur de Chile las claves de un período de la vida nacio­nal en tensión de cambios. En esta etapa inicial exploró las diversas técni­cas compositivas que venía desarrollando la narrativa hispanoamericana de los sesenta para dar cuenta de la realidad chilena de esos años, una realidad de aristas polémicas y contradictorias que desbordaba los parámetros realis­tas que aún prevalecían en la ficción nacional.
A partir de 1974, en el exilio, se abocó a la redacción de una trilogía vertebrada
geográficamente en los reductos cordilleranos, ese topos que sim­boliza la columna de América,
para rescatar episodios olvidados o marginados por la historia oficial, ecos truncos de una
epopeya que drama­tiza los dilemas y utopías del continente. El ciclo de las actas está formado
por Actas de Marusia (1974), una novela aún inédita que sirvió de base para la película de
Miguel Littin (seleccionada para el Oscar en 1976), Ac­tas del Alto Bío-Bío (1986), y Actas de
Finalmente, en un estadio de producción que lo separa de afinidades
con la tradición nacional y en cierto grado con fijaciones exclusivamente latino­americanistas, ha escrito
dos novelas donde la identidad americana y su problemática incersión en el orden internacional distiende vínculos dialo­gantes con otros continentes: Los lugares también desaparecen (1992) y El desorden en un cuerno de niebla (texto aún inédito).
Actas del Alto Bío-Bío consolida un principio literario que venía de can­tándose desde la producción inicial de Patricio Manns, tanto en sus crónicas como en sus novelas, y que aquí despliega una eficaz elaboración estilísti­ca: unir la memoria oral a la documentación fragmentada de la historia para concertar un memorial poético de la experiencia colectiva.
En primer lugar, el rango de situaciones que convoca el texto revela una atención especial hacia el estatuto heterogéneo de la realidad continental y sus procesos históricos, distanciándose de esas perspectivas globalizadoras y del aura mítica con que definían el mundo latinoamericano los escritores del boom. En segundo lugar, declara una filiación con la tradición narrativa precedente, pero no como una mera praxis reproductora de pautas ideológi­cas y expresivas, sino estableciendo una relación polémica con esa herencia cultural: haciendo presente en su escritura ese entramado de continuidad y ruptura que dinamizan los códigos discursivos diferenciados por la tradi­ción. La promoción de escri~ores latinoamericanos que irrumpe en el hori­zonte literario después del boom, denominada indistintamente promoción del post-boom, de los "novísimos," o generación infra-realista, se caracteri­za inicialmente por privilegiar el tratamiento paródico de los discursos (des­de el cuento de hadas hasta el lenguaje de los medios masivos de comunica­ción, pasando por la parodia de los modelos literarios consagrados). La parodia, como señaló en una ocasión Manuel Puig, uno de sus buenos cul­tores, implica una actitud contradictoria, a la vez de homenaje y distancia­miento: se parodia lo que aún pesa como modelo rectoL! En el caso de Patricio Manns hay un distanciamiento -y una derogación implícita- del recurso de la parodia, para validar una opción más radical: la subversión de modelos discursivos que siguen gravitando en el registro canónico del pre­sente.
El concepto de acta, utilizado como título genérico para sus novelas, im­plica una operación de recuperación y transgresión: alude por una parte a ese tipo de documento fundador, donde la experiencia inédita se fijaba y oficializaba en la palabra. Pero al actuar sobre una tradición discursiva que ha fijado códigos históricos, géneros literarios, tópicos, estilos, etc., la re­escritura deviene en texto transgresor de esa base canónica y en gesto de re­cuperación de la perspectiva original del lenguaje.
Según la visión del autor, el latinoamericano se ha ido "definiendo" a partir de una yuxtaposición de discursos, una amalgama de ropajes cultura­les que han terminado por ocultar su verdadero rostro histórico. Una forma de descubrirlo es rastrear en esas capas superpuestas, re-leer lo que hay de­bajo de cada cáscara para recuperar su fisonomía original. Es la operación discursiva que define como "poética del palimpsesto": rehacer críticamente

Análisis de Actas del Alto Bío Bío, de Dra. Carmen Galarce, Universidad de Ohio, USA

En Actas del Alto Bío Bío de Patricio Manns (1985), se establece una relación intertextual con la tradición indigenista de la literatura chilena que ha valorado la gesta araucana y que encuentra su punto de partida en La Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga. Esta tradición que dignifica al indio ha sido recuperado por obras que buscan despertar la conciencia social del lector contemporáneo como Lautaro, joven libertador de Arauco (1943) de Fernando alegría, el Canto General (1950) de Pablo Neruda y la obra de teatro Lautaro de Isidora Aguirre (2). La acción se traslada al mundo verde de las cordilleras del Bío-Bío y el asunto novelesco es la masacre de Ranquil. La conciencia crítica del narrador se levanta acusadora en contra de los inmigrantes que en vez de aportar e integrarse a la cultura del país adoptivo, trajeron transgresiones y racismo, apoyando el renacimiento del fascismo criollo, como bien señala Juan Epple (3).
La obra se abre con el viaje del cronista a la alejada comunidad indígena con la intención de recoger la verdadera historia de José Segundo, un mártir de las fuerzas políticas gubernamentales. No la historia oficialista elaborada por los mismos terratenientes, sino los acontecimientos reales que vienen de la memoria de Ángol Mamalcahuello, el cacique araucano que vive recluido en las montañas para protegerse del hombre blanco. El relato presenta tres tipos de héroe. El joven investigador que trata de definir una existencia auténtica en un mundo degradado, el patriarca Ángol Mamalcahuello que presenta la evidencia desde la memoria vital del pueblo sobre una figura intermedia -el tercer héroe- que sólo existe en el recuerdo y que depende de la memoria para lograr su estatura y significado final. Porque la historia viene de la memoria del último cacique araucano, el octogenario Ángol que vive recluido en las montañas, protegiéndose del progreso del hombre blanco. La epopeya del pueblo araucano y su continuo avasallamiento por fuerzas externas es la historia que fluye del recuerdo de Ángol, último sobreviviente del filisteísmo practicado por los colonizadores europeos-alemanes, italianos y franceses- autorizados por el estado chileno para despojar, reducir y ejecutar indígenas. Cuando José Segundo se da cuenta de que el despojo indígena continuará con el amplio respaldo de las fuerzas represivas del gobierno, regresa a la comunidad e integrándose a ella a través del matrimonio, organiza a los caciques y prepara un plan de defensa. La estrategia lleva a los indios a asaltar las siniestras pulperías y molinos, símbolos y monstruos de una modernidad que transforma al mundo y aliena al hombre, en abierta contradicción con la cultura araucana. Sin embargo, la acción está destinada al fracaso, ya que la comunidad está aislada en su lucha contra los terratenientes que cuentan con el apoyo del gobierno, la fuerza pública y los medios de comunicación. El fin es predecible....
El cacique Ángol ha decidido romper el silencio y hablar con el entrevistador, porque en ese momento existe la posibilidad de que otro gobierno -el gobierno popular z su programa de revalorización cultural que coincide con los ideales de José Segundo- despierte y resucite como hombres históricos, como pueblo y como raza, dándoles la identidad que han perdido en años de avasallamiento. El gobierno de Allende y el cambio radical de estructuras que se propone, es la concreción de los ideales de José Segundo y donde éste fracasó porque estaba solo y los indígenas no entendían la militancia, ahora se abre una nueva opción : encontrar el lugar en la sociedad a través de la solidaridad con los otros oprimidos. Como lectores, sabemos que el despertar a la historia será ilusorio y que la utopía del cacique volverá a ser sepultada por las fuerzas represivas. El ciclo se repetirá. Si en el pasado fueron la Biblia, la sífilis, el aguardiente, los juzgados de indios y los gobiernos derechistas, ahora será la fuerza desmedida y absoluta de las armas de la dictadura la que los condenará a desaparecer. La tesis de la novela es la unión de objetivos entre indígenas y sectores sociales oprimidos, tesis tradicional de la izquierda chilena. Por otra parte, el periodista está buscando definir su vocación intelectual entre historiador y escritor. Al final, elige lo que es la novela: una alianza entre el reportaje y la ficción
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Dra. Carmen J. Galarce, (1) La novela Chilena del exilio (1973-1987) Monografías del Maitén. 1994. Dep. De Estudios Humanísticos, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, universidad de Chile.
(1) Carmen J. Galarce es Profesora de Literatura Española y Latinoamericana y Lingüística en la Universidad de Ohio State, Otterbein College, Westerville.
(2) Juan Epple, "La escritura como palimpsesto : Actas del Alto Bío-Bío y el canon indigenista de Chile", Mester 21.1 (1992) 195-208.
(3) Juan Epple, Patricio Manns : "Actas del cazador en movimiento" (Santiago : Mosquito Editores, (1991), 62.

viernes, 4 de julio de 2008

Un autor de muchos registros por Volodia Teitelboim

Volodia TeitelboimEl Siglo. Chile, febrero del 2002.
Larga fue la ausencia de Patricio Manns. Fue una voz que se echaba de menos, que venía, se iba y volvía a Chile.
Había canciones suyas que la gente cantaba cuando él estaba lejos. Aires populares profundos. El viento fuerte que silba "Arriba en la cordillera". No faltaba quien preguntara: ¿Dónde anda, qué estará haciendo Patricio Manns? Anda por Yucatán hablando con el hombre precolombino. Anda buscando al ser humano, a la mujer del futuro. Está en la frontera franco-suiza, por las tierras de Voltaire y de Jean Jacques Rousseau. Está sentado en un jardín en la campiña de la muy civilizada Trez Vella, Francia, a pocos metros de Ginebra. Sí, ¿pero qué estará haciendo ahora este hombre orquesta? ¿Estará componiendo, estará recordando, estará escribiendo? ¿Escribiendo qué: novelas, ensayos, cuentos, teatro, historia?
Estará viajando. Porque es pata de perro.
Pero, ¿por dónde? ¿Qué anda buscando? A una gran intrusa y pecadora que conoce y cuenta todos los hechos, las aventuras y desventuras del hombre, sus sueños, sus tentativas desmesuradas; las masacres al por mayor, penas, trabajos y alegrías de ese ser humano empeñado en fijar su paso; alucinado por su anhelo, por su deseo de ser feliz alguna vez y ojalá para siempre. ¿Un sueño?
¿Pero quién es esa dama pecadora? La Historia, a ratos inescrutable y misteriosa.
¿Pero qué quiere, qué pretende Patricio Manns de esa señora? ¿Qué trata de obtener de ella? Lo que quiere es que le revele su secreto, que le muestre su verdadero rostro.
Por eso andaba por Bonampak, por Uxmal, por Chichicastenango, por Tulum, por Yucatán ese primero de enero de 1994, cuando desde la Selva Lacandona salió una noticia que estremeció el Palacio de Gobierno y aceleró el pulso de México; convulsionó el Zócalo y le dijo al mundo que el pueblo de las profundidades mayas se levantaba con el Ejército Zapatista de Liberación, trasmitiendo la imagen de un rostro cubierto, donde sólo se divisan al "otro lado los ojos" que perforan el horizonte.
El ensayista caudaloso
Volverá a su casa de Trez Vella y allí en el cuarto empapelado de fotografías de sus amigos o en el jardín escribirá como un poseído. Patricio Manns es un poeta grande. Se le conoce poco como poeta, dice Robert Pring-Mill, el hombre sabio y avizor de Oxford, el escocés noble y magistral.
Poco conocido como poeta, siendo sobresaliente en el género, archifamoso como cantautor (aunque ya la sutileza conmovida de las letras hablan en alta voz de la entraña poética de sus textos); es también un novelista de fondo y un ensayista caudaloso, como lo prueba el libro "La Revolución de la Escuadra".
Artista por los cuatro costados, Patricio Manns trabaja cuatro o cinco géneros como un músico toca otros tantos instrumentos. Todos componen sus melodías; pero todas son parte de una sinfonía, porque el hombre es uno con el mundo y lo que diga cantando, escribiendo, novelando, ensayando, todo será poesía, emanación de un ser vario e indivisible. Y todo será historia, destapar la historia oculta.
Y como dijo Robert Pring-Mill con ojo descubridor: "lo muestra explorando a fondo la naturaleza de toda tragedia colectiva -llámese terremoto, tsunami, guerra civil o golpe de estado"- que deshace "la normalidad de la vivencia" y cambia para siempre "las reglas del juego de la vida de un pueblo". El joven autor de "Buenas noches los pastores" prosigue más tarde en un tema recurrente en todas sus novelas; en la trilogía de "Las Actas de Marusia",
"Actas del Bío-Bío" y "Actas de Madreputa" o en "El desorden en un cuerno de niebla".
El narrador
El autor de teatro Manns ilumina la escena con "La lámpara en la tierra". En un libro reciente vuelve el narrador, el cuentista de "La tumba del zambullidor". Toca como virtuoso otro instrumento. Nueve relatos que se engarzan en un collar de perlas diferentes, donde se suceden y entremezclan la muerte, la grandeza, la miseria moral, el temor, la crueldad y el coraje.
Es un narrador móvil, con escenarios radicados en diversos continentes, donde todo circula en el aire del suspenso que sobrecoge al lector. Son relatos de extensión desigual. Contiene varias nouvelles, como "Corre hasta los árboles" y "Los papeles de Melchor Nazario".
En rigor, toca más instrumentos. En tal sentido es un hombre orquestal. Sí, también es un historiador de las calamidades, de las penurias, de las tragedias y de las insurgencias del pueblo. Lo explica bien en su tetralogía publicada durante la presidencia de Salvador Allende en la colección Nosotros los Chilenos de la Editorial Quimantú, con "Las grandes masacres", "Los terremotos chilenos", "Violeta Parra, la guitarra indócil", "La Revolución de la Escuadra" (publicada en Valparaíso).
Toda su obra tiene una fuente interior dramática: se trata de un comprometido con la vida, de un poeta, novelista, ensayista, trovador y juglar de los pueblos.
Se le conoce sobre todo como un cancionero. Cuántas canciones ha escrito, cuántas ha compuesto, cuántas ha cantado. Y cuánto llegan no sólo al oído sino al corazón de multitudes, aquí y allá, por el ancho mundo. El ha dicho que "las canciones son el brazo armado de la poesía, no porque disparan sino porque sangran más". Y este sangramiento se hace verdad y un echar de menos transmitido y sentido por miles.
Cada uno que lo escucha cantar solo o con el Inti Illimani, por ejemplo, "Volver", "Cuando me acuerdo de mi país", siente que es mucho más que un puro mensaje de la nostalgia del exiliado. O ese réquiem combativo "El cautivo de Tiltil". Es la elegía y la reivindicación del osado guerrillero Manuel Rodríguez. Todo lo que sale de su garganta viene de su alma, con el amor, el escalofrío, la rebelión en el tenso corazón de la patria. Si no, que lo diga "En Lota la noche es brava".
El historiador
Patricio Manns no es un poeta o un historiador recién aparecido ni ocasional sino permanente, uno que trabaja con la trascendencia. Es colega y discípulo de otro poeta y hombre de la escuela revolucionaria que ahora ha cumplido cien años de morir sin morir, que en Martí son cien años de sobrevivir: José Martí, soñador de Bolívar y de una América Libre. Por eso, Manns en 1965, ante la invasión estadounidense de Santo Domingo, compuso las doce canciones de "El sueño americano".
Este redescubridor de la América profunda, que parecía enterrada y está viva al fondo de las tierras, vuelve a reclamar su derecho al pasado y a tener vida por delante.
Para conocer a Patricio Manns hay que oirlo, hay que leerlo, hay que seguirlo en su peripecia y conocer también las "Actas del cazador en movimiento", con sus testimonios recogidos por Juan Armando Epple. ¡Qué aventurero del cuerpo, del tiempo y del espíritu! ¡Cuánta fiebre de creación! Lean ese libro. Está lleno de vida. Salta a la vista. Y su pasión libertaria es de toda hora e irreductible. Se verá en "El corazón al trasluz", la novela increíble del duro aventurero rumano Popper, que ya atrajo a ese gigante de la Patagonia, de la Tierra del Fuego, del Cabo de Hornos, del Golfo de Penas, Francisco Coloane.
Habló del mito moderno, Salvador Allende, también destinado a volver. Estaba Manns ese día 11 de septiembre a cien metros de La Moneda incendiada y cuando el Presidente caía combatiendo, José, el personaje de Manns, le preguntaba ¿Y entonces tú qué hiciste? Responde: "abrí los ojos y miré; y abrí el oído y lo escuché; y abrí la conciencia y lo amarré, y abrigué mi corazón y lo abrigué".
Ese día 11 lo cambió, como a millones de chilenos, no para rendirse sino para combatir hasta el fin por lo que al mundo, por lo que a América Latina, por lo que a Chile le hacen falta. Y en esta tarea está Manns, cantando, contando. Porque el que espera sin hacer nada, desespera. Y el que espera luchando reparte, multiplica la esperanza y la convierte en mañana.
La Revolución de la Escuadra
El historiador Manns se confirma con su obra "Chile: una dictadura militar permanente", cuyo sentido se identifica desde la portada con la reproducción de la pintura de Goya: "Los fusilamientos del 3 de mayo en la Moncloa" (1814). Es un libro hermano del que hoy se presenta.
"La Revolución de la Escuadra" retoma un tema que lo apasionó hace treinta años y lo impulsó a escribir esta obra. El libro vuelve enriquecido con actualizaciones y el informe del Almirante Von Schröeders. El 1 de septiembre de 1931 la marinería se sublevó y tomó de rehenes a todos sus jefes y oficiales.
Comienza en Coquimbo. Allí establecen el cuartel general en el acorazado Almirante Latorre.. El hecho estremece al país y, desde luego, al gobierno transitorio presidido por Manuel Truco.
Convertido hoy en silencio táctico es un acontecimiento casi desconocido. No es por falta de antecedentes. Existe un proceso con más de 3.500 fojas que arroja versiones contradictorias.
Hubo enfrentamientos en Talcahuano, Valparaíso, Coquimbo. Vino el oscurecimiento histórico. La oligarquía crea como respuesta la Guardia cívica, antecedente de Milicia Republicana. Influyen factores de carácter político y económico. El gobierno solicitó el auxilio de la escuadra estadounidense para el caso de que la Aviación fracasara en el intento de reducir a los rebeldes.
Se necesita estudiar el Documento Secreto redactado por el mediador entre el gobierno y los amotinados, almirante Eduardo Von Schröders, quien lo tituló "Recuerdos íntimos del Motín de la Escuadra".
Según la proclama del Estado Mayor de Tripulaciones:
1) No aceptan depredaciones de la Hacienda Pública.2) Declaran inconcebibles las rebajas de sueldos. Hablan de bandidaje gubernativo.3) Sostienen que los cañones de un barco de guerra chileno jamás sean dirigidos "contra los hermanos del pueblo".
Eran 111 condestables, cabos despenseros. Piden resistir la orden del ministro de Hacienda, Pedro Blanquier de reducir los sueldos. Von Schröeders califica a Manuel Astica Fuentes de "verdadero cerebro del alzamiento".
Los oficiales fueron encerrados en sus camarotes. La derecha jugó sus cartas. El general Carlos Vergara Montero, nuevo ministro de Guerra, recurrió a los disparos. Von Schröders revela la solicitud de auxilio de la Armada de los EE.UU.
La FOCH, dirigida por Elías Lafertte, decide la huelga general. Santiago, el 4 de septiembre amanece sin movilización. Comienza la huelga ferroviaria. Lota y Coronel se unen a los amotinados de Talcahuano.
Había en Coquimbo 23 unidades sublevadas a cargo de sus tripulaciones. Caso nuevo en la historia naval. Se la califica de "la sublevación bolchevique".
El almirante Von Schröders discute con Carlos Vergara Montero, que amenazó con quintear los sublevados. "Los profesores eran los cabecillas".
El Consejo de Guerra de San Felipe pidió la pena de muerte para muchos, entre ellos los maestros Pedro Pacheco y Ramón Arellano. Se sentenció a presidio perpetuo a Manuel Astica y Augusto Zagal. Se concedió amnistía general el 14 de junio de 1932, por la República Socialista.
El combate entre el Ejército y la Armada en Talcahuano fue un hecho único en Chile en el siglo XX. Se le silencia. Patricio Manns lo recuerda. Hace bien. Porque hay que saber. Lo sucedido da para pensar.

Premio de poesía Pablo Neruda: los méritos de Patricio Manns por Lavquen

Por Alejandro Lavquén“EN EL MARCO de la celebración del centenario del natalicio del poeta Pablo Neruda, la República de Chile, a través del Consejo Nacional del Libro y la Lectura, instaura el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda”.
Este es el encabezado del documento que informa sobre el premio, que además cuenta con el auspicio de BancoEstado y el patrocinio oficial de la Fundación Pablo Neruda.
El jurado está compuesto por Carlos Fuentes, Julio Ortega y Jaime Concha. Me parece muy honorable el jurado, pero he llegado al convencimiento de que en todos los concursos de este tipo debería tomarse en cuenta la opinión del pueblo, realizar algún tipo de sondeo popular, que además integraría a las mayorías y serviría para promover la poesía de manera masiva.
¿Qué mejor? Porque supongo que no será sólo discurso y demagogia lo que el gobierno ha expresado acerca de llevar la cultura a todos los sectores sociales y hacerlos partícipes reales de ella. Pienso que los jurados compuestos por intelectuales y los llamados “críticos” –generalmente, estos últimos, tipos caprichosos, frustrados y rosados), no son del todo confiables.
El academicismo y su tendencia al “arte por el arte” y a la ingeniería estructural del texto y otras expresiones “on line” los hace ser arbitrarios. Un ejemplo de ello es lo que, desde hace más de 12 años, ha venido pasando en los concursos literarios y de arte en Chile, salvo honrosas excepciones, los premios son otorgados a trabajos sin mayor trascendencia ni motivación social. Los premios se han “bobalizado”, como todo el ambiente comunicacional de nuestro país.
Una pregunta: ¿Estará informado este jurado de TODOS los poetas importantes de Chile, por ejemplo?.Y no hablo de Nicanor Parra ni de Gonzalo Rojas ni de Miguel Arteche ni Raúl Zurita.
Pero pasemos a los autores. Dicen los fundamentos del premio: “Con este galardón nuestro país distinguirá anualmente la trayectoria de un autor o autora cuya obra sea considerada un aporte notable al diálogo cultural y artístico de Iberoamérica”.
Pues bien, bajo este contexto, quien, a mi parecer, merece ampliamente este premio es el poeta Patricio Manns. Alguien dirá: “Pero si él es un cantautor”. Sí, él canta sus poemas (Neruda siempre quiso cantar los suyos, pero lamentablemente no tocaba ni el tambor). El cantautor o trovador es un poeta, en sus orígenes la poesía era cantada, se transmitía de manera oral y acompañada de un instrumento (Homero es un ejemplo contundente). También en la América Precolombina, a pesar de que algunos “expertos” crean que la poesía llegó a nuestro continente junto con los conquistadores.
Manns reúne todos los requisitos poéticos y está a la altura de las mayores voces esenciales de Latinoamérica: Pablo de Rokha y César Vallejo. En su obra está claramente definido el “diálogo cultural y artístico de Iberoamérica”. Sus poemas (musicalizados) han recorrido el continente y el mundo. Robert Pring-Mill (en Oxford), Margara Averbach, Pedro Lastra, Juan Armando Epple, Carlos Droguett, Mercedes Soza, Daniel Viglietti y Silvio Rodríguez, entre otros, han valorado el significado y valor de su poesía. Sus textos recorren la geografía, el dolor y la esperanza de nuestros pueblos, su historia y sus lazos afectivos. Sus imágenes alcanzan dimensiones poéticas y verbales notables, resaltando en ellas la chilenidad y la hermandad latinoamericana.
Además, al escribir desde su aldea, Manns es universal. Ojalá el jurado de este premio lea sus poemas. Recientemente ha sido reeditado en España su poemario “Memorial de Bonampak” (Ed. Brosquil), antes había sido publicado en nuestro país por “Editorial Cuarto Propio” en 1995.
De él dice Ping-Mill que: “Quizás, sea éste el máximo fruto poético del ‘Período del Quinto Centenario’, cuyas inquietudes aquí se nos comunican reforzadas por la sutil ‘orquestación’ del texto a base de rítmicas cadencias –y rupturas de cadencias- que nos impactan a maravilla”, incluso lo relaciona con “Memorial de Sololá” (la gran crónica mayance); con “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” de Bartolomé de las Casas”, “El espejo enterrado” y “Canto general”.
Por otro lado, no por nada su poema-canción “Arriba en la cordillera” fue elegido entre las dos mejores canciones del siglo, en Chile, junto a “Gracias a la vida” de Violeta Parra. Y todo en una votación popular, dónde el pueblo demostró que –cuando le dan la oportunidad de enterarse- sí sabe valorar el talento y la buena poesía.