domingo, 6 de julio de 2008

Análisis de Actas del Alto Bío Bío, de Dra. Carmen Galarce, Universidad de Ohio, USA

En Actas del Alto Bío Bío de Patricio Manns (1985), se establece una relación intertextual con la tradición indigenista de la literatura chilena que ha valorado la gesta araucana y que encuentra su punto de partida en La Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga. Esta tradición que dignifica al indio ha sido recuperado por obras que buscan despertar la conciencia social del lector contemporáneo como Lautaro, joven libertador de Arauco (1943) de Fernando alegría, el Canto General (1950) de Pablo Neruda y la obra de teatro Lautaro de Isidora Aguirre (2). La acción se traslada al mundo verde de las cordilleras del Bío-Bío y el asunto novelesco es la masacre de Ranquil. La conciencia crítica del narrador se levanta acusadora en contra de los inmigrantes que en vez de aportar e integrarse a la cultura del país adoptivo, trajeron transgresiones y racismo, apoyando el renacimiento del fascismo criollo, como bien señala Juan Epple (3).
La obra se abre con el viaje del cronista a la alejada comunidad indígena con la intención de recoger la verdadera historia de José Segundo, un mártir de las fuerzas políticas gubernamentales. No la historia oficialista elaborada por los mismos terratenientes, sino los acontecimientos reales que vienen de la memoria de Ángol Mamalcahuello, el cacique araucano que vive recluido en las montañas para protegerse del hombre blanco. El relato presenta tres tipos de héroe. El joven investigador que trata de definir una existencia auténtica en un mundo degradado, el patriarca Ángol Mamalcahuello que presenta la evidencia desde la memoria vital del pueblo sobre una figura intermedia -el tercer héroe- que sólo existe en el recuerdo y que depende de la memoria para lograr su estatura y significado final. Porque la historia viene de la memoria del último cacique araucano, el octogenario Ángol que vive recluido en las montañas, protegiéndose del progreso del hombre blanco. La epopeya del pueblo araucano y su continuo avasallamiento por fuerzas externas es la historia que fluye del recuerdo de Ángol, último sobreviviente del filisteísmo practicado por los colonizadores europeos-alemanes, italianos y franceses- autorizados por el estado chileno para despojar, reducir y ejecutar indígenas. Cuando José Segundo se da cuenta de que el despojo indígena continuará con el amplio respaldo de las fuerzas represivas del gobierno, regresa a la comunidad e integrándose a ella a través del matrimonio, organiza a los caciques y prepara un plan de defensa. La estrategia lleva a los indios a asaltar las siniestras pulperías y molinos, símbolos y monstruos de una modernidad que transforma al mundo y aliena al hombre, en abierta contradicción con la cultura araucana. Sin embargo, la acción está destinada al fracaso, ya que la comunidad está aislada en su lucha contra los terratenientes que cuentan con el apoyo del gobierno, la fuerza pública y los medios de comunicación. El fin es predecible....
El cacique Ángol ha decidido romper el silencio y hablar con el entrevistador, porque en ese momento existe la posibilidad de que otro gobierno -el gobierno popular z su programa de revalorización cultural que coincide con los ideales de José Segundo- despierte y resucite como hombres históricos, como pueblo y como raza, dándoles la identidad que han perdido en años de avasallamiento. El gobierno de Allende y el cambio radical de estructuras que se propone, es la concreción de los ideales de José Segundo y donde éste fracasó porque estaba solo y los indígenas no entendían la militancia, ahora se abre una nueva opción : encontrar el lugar en la sociedad a través de la solidaridad con los otros oprimidos. Como lectores, sabemos que el despertar a la historia será ilusorio y que la utopía del cacique volverá a ser sepultada por las fuerzas represivas. El ciclo se repetirá. Si en el pasado fueron la Biblia, la sífilis, el aguardiente, los juzgados de indios y los gobiernos derechistas, ahora será la fuerza desmedida y absoluta de las armas de la dictadura la que los condenará a desaparecer. La tesis de la novela es la unión de objetivos entre indígenas y sectores sociales oprimidos, tesis tradicional de la izquierda chilena. Por otra parte, el periodista está buscando definir su vocación intelectual entre historiador y escritor. Al final, elige lo que es la novela: una alianza entre el reportaje y la ficción
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Dra. Carmen J. Galarce, (1) La novela Chilena del exilio (1973-1987) Monografías del Maitén. 1994. Dep. De Estudios Humanísticos, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, universidad de Chile.
(1) Carmen J. Galarce es Profesora de Literatura Española y Latinoamericana y Lingüística en la Universidad de Ohio State, Otterbein College, Westerville.
(2) Juan Epple, "La escritura como palimpsesto : Actas del Alto Bío-Bío y el canon indigenista de Chile", Mester 21.1 (1992) 195-208.
(3) Juan Epple, Patricio Manns : "Actas del cazador en movimiento" (Santiago : Mosquito Editores, (1991), 62.

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